Un buen diálogo no suena como si lo hubiera escrito un adulto formal o un narrador del siglo pasado.
Suena como si lo dijera alguien de verdad. Como si tu personaje estuviera hablándote en el patio del colegio, o en una conversación intensa por WhatsApp. Escucha cómo hablan las personas que conoces. Imagina cómo tu personaje diría lo que siente.
No uses palabras complicadas si no las necesita.
Usa ritmo, pausas, frases cortas. A veces, un “¿En serio?” dice más que cinco línea